La Edad de Madera: obra del escultor Rene Delgado


Vista de la exposición René Delgado y sus "Sueños de Madera" / Foto suministrada

Por Vanessa Droz

...un escalofrío recorre la casa,
que vuelve a ser bosque.
                Hamid Tibouchi

¿Yo? Yo soy un pobre árbol.
Tomás Blanco

La selva es una sola,
un solo gran puñado de perfume,
una sola raíz bajo la tierra.
Pablo Neruda

            Al igual que la Edad de piedra o la Edad de bronce, la Edad de madera estuvo regida por la materia que le dio su nombre. Así, herramientas de trabajo, utensilios domésticos, aperos de labranza, artefactos para la creación artística y toda suerte de instrumentos —reales o imaginarios— destinados a hacerle más viable la vida al ser humano eran construidos con madera, con ese material que parece muerto pero que es sabia viva.Las viviendas también.

            De esa Edad —real o imaginaria— le debe venir el linaje a René Delgado, quien destila pasión por la madera y quien hace seis años logró su sueño de establecer el Taller Escuela de Diseño y Arte Funcional (ubicado en Carolina) y ahora presenta Sueños de madera, una exposición en la que, como su mismo título indica, Delgado le cumple sus sueños a quince piezas que “quieren ser más”, que quieren ser otra cosa —arte— y en la que él también cumple sus sueños con/de madera.

Vista de la exposición René Delgado y sus "Sueños de Madera" / Foto suministrada

            Orgulloso del trabajo al que se dedica, Delgado vuelve a dar con Sueños de madera el salto al diseño creativo, tal como lo hacía cuando era asistente de Wendell Castle —padre del mueble de arte en los Estados Unidos—y creaba bellísimas piezas en que la madera, los tapizados y otros materiales se conjugaban en obras de arte funcional, vertiente plástica que Delgado se afana en que recupere el prestigio que le corresponde.

            En esta exposición, las palas, con sus elaborados mangos —magníficos como torres— y pulidas planchas, parecen piezas de ajedrez dispuestas a dar sus primeros pasos sobre un tablero; las mesas —en las que la rusticidad (no exenta de cierta agresividad) de los picos, rastrillos y palas se une con el acrílico en un matrimonio insólito de novedosa sofisticación— asemejan altares para hacer invocaciones o conjuros; los martillos pareciera que van a comenzar a moverse (Martilombriz, Martidragón, Martirabogato...) y, por ello, a pedirnos una relación distinta con nuestras manos; y las Sillas pixel —fundamentadas en los cuatro elementos (fuego, aire, tierra y agua) y acompañadas de la Mona Lisa— ocupan un espacio privilegiado que espera por los oficiantes de algún rito.

Palo que nace doblao es refrán convertido en metáfora/caja de herramientas, al igual que La carresilla es la expresión sublimada de un medio de transportación al que Delgado le ha descubierto sus verdaderas posibilidades.

Obra de René Delgado de la exposición "Sueños de Madera" – Foto suministrada

            Es gracias a la madera moldeada por Delgado con la impecabilidad de un virtuoso que las piezas de esta exposición pueden tener un destino distinto. Es la madera la que les da más nobleza, la que las lanza de un modo más elocuente a los territorios del arte. Ya la selección de los implementos con los que va a trabajar —picos, palas, cubo, martillos, mapo— hace patente el respeto de Delgado por el mundo de las herramientas de trabajo cotidiano; pero es a través del manejo riguroso, pulcro y exacto de la madera que se hace más evidente el respeto del artista por la materia viva con que trabaja y por los demás materiales que interviene: el metal, la grama artificial, el plástico...Finesse, al fin y al cabo.

Asimismo, esa nobleza recién adquirida le confiere a las piezas, junto con el diseño, una dignidad ancestral, un carácter totémicoque, además de constituir esculturas, las transforma en piezas de un bosque o selva sagrados (esos de nuestros orígenes) que aquí, en esta exposición, de algún modo se recrean.

Vista de la exposición René Delgado y sus "Sueños de Madera" / Foto suministrada

            Quizás la Edad de Madera —real o imaginaria— estuvo y está presente en todas las demás edades. Recordemos también que, a lo largo de la prehistoria y la historia, el fuego que recuperamos del rayo o del volcán se conservó, principalmente, gracias a la madera. 


En tiempos en que se talan mundialmente 15.3 mil millones de árboles al año (Nature) y que el planeta ya ha perdido el 46% de sus árboles desde el origen de la agricultura hace 12,000 años, es conmovedor pensar que la caoba, el capá prieto, el cedro, el majó y el arce pasan por manos de un artista para estremecernos, para reintegrarnos a otro lugar, para devolvernos el bosque; un bosque donde nosotros también somos un árbol —real o imaginario—.

La exposición  René Delgado y sus "Sueños de Madera" estará en la Galería de Arte del Depto. de Humanidades del RUM en Mayagüez hasta el 29 de diciembre en horario de 9:00am a 4:00pm.

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